El hombro es una fuente de dolor habitual, secundario a la actividad laboral, las actividades de la vida cotidiana y la actividad deportiva o recreacional.
Con una artroscopia de hombro se puede valorar y resolver los procesos que causen dolor o limitación.
Los procesos más habituales que afectan al hombro desde el punto de vista del aparato locomotor son las afectaciones del manguito rotador y el espacio que ocupa y las relativas a la estabilidad de la articulación glenohumeral.
Anatomía del hombro
El manguito rotador es el conjunto de tendones que ayudan a estabilizar la cabeza humeral y permiten gran parte de la movilidad del hombro. Están en íntima relación con las estructuras óseas adyacentes (clavícula, acromion, articulación acromio-clavicular, troquiter humeral) y tejido circundante (bursa subacromial).

De manera aguda tras un traumatismo o de manera crónica por un deterioro degenerativo de las estructuras, se puede producir dolor, limitación e incluso rotura de los tendones.
Tras descartar otras causas de dolor de hombro y si el tratamiento rehabilitador, las infiltraciones ecoguiadas, no proporciona el alivio suficiente, se puede recurrir a la artroscopia de hombro para valorar y resolver el proceso que cause dolor o limitación.


Técnica artroscópica básica
Se observa el interior de la articulación y el espacio subacromial (entre el acromion y el manguito rotador) por medio del artroscopio, el cual es un tubo de fibra óptica de 2 a 4 mm de diámetro provisto de un sistema óptico y de un sistema de iluminación, que está conectado a una cámara de vídeo miniaturizada y está unida a un monitor de televisión en color.
El artroscopio se sitúa en el interior de la articulación por una incisión mínima; uno o a veces varios pequeños orificios cutáneos pueden ser necesarios para introducir instrumentos finos en su interior.
Durante todo el examen, la articulación está distendida por suero fisiológico.




Mediante distintos procedimientos, como la resección de hueso que comprometa a los tendones (descompresión subacromial), la eliminación del exceso de bolsa subacromial inflamada (bursectomía subacromiodeltoidea) y en caso de ser necesario la reparación y sutura de los tendones dañados.
Con la artroscopia de hombro se puede intentar resolver la dolencia usando mini incisiones que permiten un mejor control del dolor postoperatorio y una rehabilitación más agresiva.


Cuando se produce una luxación de hombro, en ocasiones no tiene lugar la “cicatrización” espontánea de las estructuras dañadas (fundamentalmente el labrum glenoideo), y eso provocará una inestabilidad de la articulación del hombro con las consiguientes luxaciones recidivantes.
Si se desea una reparación de esas estructuras para permitir una actividad deportiva o laboral sin restricciones, con la artroscopia del hombro se puede re-anclar ese labrum sin recurrir a la artrotomía o apertura completa de la articulación (que en general provocará más dolor y una recuperación más lenta).

Vemos como la artroscopia de hombro al igual que ocurre en otras articulaciones, permite una evaluación poco agresiva de las lesiones previa al tratamiento definitivo, y una solución del problema con una cirugía menos lesiva que una cirugía abierta.
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Indicaciones de la artroscopia de hombro. Resumen
Resumiendo, podríamos decir que las principales indicaciones de la artroscopia de hombro son:
- Artroscopia de hombro diagnóstica.
- Descompresión subacromial.
- Identificación y reparación de lesiones de manguito rotador y porción larga del bíceps.
- Identificación y tratamiento de tendinitis calcificantes de hombro.
- Identificación y tratamiento de los problemas que afectan a la articulación acromio-clavicular.
- Tratamiento de las inestabilidades del hombro.