La artroscopia de rodilla ha supuesto un importante avance en el diagnóstico y tratamiento de multitud de lesiones en cirugía ortopédica, medicina deportiva y traumatología, donde la articulación de la rodilla es el mejor exponente.

Mediante el artroscopio (tubo de fibra óptica de 2 a 4mm de diámetro provisto de un sistema óptico y de un sistema de iluminación, que está conectado a una cámara de vídeo miniaturizada y está unida a un monitor de televisión en color) y a través de una incisión mínima, observamos el interior de la articulación distendida por suero fisiológico.

Qué se puede tratar mediante la artroscopia de rodilla
Mediante la artroscopia de rodilla, podemos diagnosticar y tratar:
- Lesiones de los meniscos
- El cartílago (tibial, femoral y rotuliano)
- Los ligamentos cruzados anterior y posterior
- Cuerpos libres articulares
- Lesiones del tejido circundante (sinovial fundamentalmente)
- Lesiones de rótula y sus elementos estabilizadores.

Cómo son los tratamientos con artroscopia de rodilla
En el caso de lesiones de meniscos, si se confirma su lesión podemos proceder a su tratamiento (extirpación parcial en la mayoría de los casos, su sutura o al implante de meniscos de colágeno e incluso a su trasplante).
Gracias al mínimo abordaje la recuperación es menos dolorosa y la rehabilitación más rápida que si tuviésemos que abrir la articulación.
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Las lesiones condrales pueden desbridarse y retirar los fragmentos inestables. Así pues:
- Puede añadirse la estimulación de la médula ósea mediante microfracturas o perforaciones (para crear un tejido metaplásico similar al cartílago dañado).
- Puede recurrirse al implante de cartílago propio del paciente (mosaicoplastia) o recurrir a técnicas de trasplante de condrocitos o injerto osteocondral si el defecto es mayor.

La lesión de los ligamentos cruzados es muy invalidante para la práctica deportiva.
Mediante una ligamentoplastia (sustitución de ligamento roto por un injerto del propio paciente o de Banco de tejidos) puede restituirse la función a la rodilla y por tanto la práctica deportiva.

Algunas lesiones o tumores del tejido sinovial de la rodilla pueden provocar dolor, limitación y derrames de repetición.
Con la artroscopia en la rodilla, podemos extirpar ese tejido sin tener que dañar otras estructuras.

Mediante la artroscopia de rodilla se puede controlar con visión directa procedimientos como la reducción de una fractura proximal de tibia.

Conclusiones de la artroscopia de rodilla
Por tanto, como herramienta diagnóstica y sobre todo terapéutica, la artroscopia de rodilla es hoy en día un procedimiento habitual en la práctica médica diaria.
Además, es un tratamiento fundamental, en medicina deportiva en la actualidad.