Los gangliones ocultos, son lesiones frecuentes y a menudo de diagnóstico tardío. Habitualmente se localizan a nivel de la muñeca.
Los pacientes acuden a la consulta refiriendo un dolor en el dorso de la muñeca, que se incrementa a la extensión de la misma. Son pacientes que realizan movimientos repetitivos (pianistas, deportistas, trabajadores manuales……) o han sufrido previamente un traumatismo.
A la exploración no se objetiva ninguna lesión evidente, no se palpa ninguna lesión quística, y se reproduce el dolor a la extensión de la muñeca.
A menudo el paciente aporta múltiples pruebas que son normales y no concluyentes (radiografías, Resonancias magnéticas…..).
En la patología de la mano y muñeca, es muy importante la historia clínica, la exploración y la realización por el mismo cirujano de mano, de una adecuada exploración ecográfica.
Diagnóstico: Ante un paciente que presenta un dolor en el dorso de la muñeca, el estudio ecográfico permite evidenciar la presencia de tenosinovitis, fracturas, lesiones ligamentosas intrínsecas, lesiones quísticas…. en el mismo momento del procedimiento. En nuestra clínica disponemos de tres ecógrafos, uno en cada consulta para poder hacer esto.
Una de las lesiones más frecuentes, son los gangliones ocultos. Tras una historia clínica de dolor en el dorso de la muñeca, al realizar en consulta un estudio ecográfico, evidenciamos una lesión quística a nivel dorsal de pequeño tamaño. Esta puede surgir de la articulación radio-carpiana, del propio ligamento escafo-lunar o de la articulación mediocarpiana.
El tamaño de este quiste puede oscilar entre 4 y 8 mm de tamaño. Cuando son de mayor tamaño ya son evidentes clínicamente y los denominamos simplemente gangliones de muñeca.


La dificultad del diagnóstico radica en su tamaño. La realización en el momento del dolor y evaluación de la muñeca del estudio ecográfico, permite conocer en ese momento el tamaño real de la lesión y planificar un tratamiento.
Tratamiento
Su pequeño tamaño, hace que la cirugía sea un procedimiento muy agresivo y no necesario. El uso de sondas de alta frecuencia, permite incluso con gangliones de muy pequeño tamaño, realizar una punción evacuación del quiste y la introducción de una muy pequeña cantidad de corticoides de forma controlada. Incluso se puede realizar con anestesia local, una rotura capsular para su drenaje espontaneo en el caso de lesiones de muy pequeño tamaño.
El resultado clínico es muy satisfactorio, desarrollando el paciente su actividad normal de forma inmediata. Hay que indicar al paciente la posibilidad de que el quiste con el paso del tiempo vuelva a aparecer, incluso que aparezcan quistes en otras localizaciones.

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